Las salas limpias son habitaciones estériles únicas donde se fabrican cosas con precisión, por lo que se vuelven costosas cuando una pandemia global exige que se mantengan condiciones sanitarias allí donde las vidas dependen de productos y servicios superiores. Estas habitaciones deben estar impecables y libres de polvo. Piénselo como un lugar donde incluso las partículas más pequeñas de suciedad son expulsadas para que no ocurra ningún problema con el trabajo en curso.
Uno de los factores más importantes para mantener una sala limpia segura es con qué frecuencia cambia el aire dentro de ella. Esta tasa se conoce como la tasa de cambio de aire. Un instrumento único que usamos para mostrar las velocidades variables a las que se mueve el aire se llama anemómetro térmico. Simplemente usamos esta herramienta en diferentes ubicaciones de la sala, y así podemos determinar cuántas veces por hora se reemplaza el aire.
Las tasas de cambio de aire son importantes para mantener el aire en una habitación limpio y seguro para respirar. También nos ayudan a saber cuánto aire fresco entra en la habitación y cuántos contaminantes se emiten al exterior. Ashgrove instala sistemas y prueba constantemente el flujo de aire para asegurarse de que la sala limpia funcione perfectamente todos los días.
Las tasas de cambio de aire pueden calcularse utilizando gases especiales o técnicas de imagen térmica, entre otros métodos. Además, las máquinas responsables de regular el flujo de aire en la sala limpia deben inspeccionarse y limpiarse adecuadamente. Hacemos estas cosas para mantener nuestro entorno de sala limpia seguro y eficiente; de esta manera podemos fabricar productos correctamente.